lunes, 1 de octubre de 2007

LA CONQUISTA DEL ESPACIO



La noche del 4 de Octubre de 1957 Moscú lanzo al espacio el primer satélite de la historia de la humanidad, El Sputnik. A simple vista era una bola metálica de 83.6 kilogramos y 58 centímetros de diámetro (más pequeño que un balón de basket ball).

Estaba dotado de dos radios y 4 largas antenas transmisoras que medían entre 204 y 209 centímetros. Formaban un ángulo de 70 grados y enviaban señales de radio entre los 20 y los 40 Mhz.

Dentro de la estructura del Sputnik había equipos para medir la presión y la temperatura, que obtenían datos de las capas altas de la atmósfera y de la prolongación de las ondas de radio en la ionosfera.

El satélite estuvo 92 días en órbita después de su lanzamiento. Realizó mil 440 vueltas a la tierra y recorrió 70 millones de kilómetros. Cada vuelta la completó en 1 hora con 36 minutos a una velocidad de 18 mil millas por hora.

La señal que enviaba era un constante bip, bip, bip que ayudó a obtener información sobre la concentración de electrones en la ionosfera y datos sobre temperatura y presión codificando la duración de los pitidos.

El vehiculo de lanzamiento fue el “R7 Semyorka”, un cohete diseñado originalmente como un misil balístico internacional, que fue adaptado por en 1951 Dimitry Okhotminsky en el Instituto Steklov de Matemáticas Aplicadas de la Academia Rusa de Ciencias para que pudiera desprender partes de su estructura durante el vuelo. El R7 contaba con dos antes de llegar a su objetivo.

El único sobreviviente del equipo científico que creó al Sputnik tiene ahora 95 años y se llama Boris Y. Chertok. Es reconocido a nivel mundial y es miembro de la Academia de Ciencias de Rusia.

Chertok dice que antes del Sputnik el hombre era un ser bidimensional porque habitaba la tierra y no podía elevarse a más de 30 kilómetros como máximo en un avión, por lo que se limitaba la visión del hombre a dos dimensiones. Explica que todo se limitaba a las coordenadas terrestres: longitud y latitud.

Asegura que cuando el hombre salió al cosmos comprendió que había ingresado a una nueva dimensión: le tercera dimensión cósmica.

Dice que el equipo con el que participó no se sintieron como Colón, pero si pioneros de una nueva esfera de actividad de la humanidad.